Una vez más Alcalá demostró su fe hacia el Cristo de la Salud. La tarde se presentaba fría y aunque no calló ni una gota durante toda la tarde había previsiones para la noche. Se presentaba una iglesia de San Juan que pareciese una burbuja de incienso, ese aroma sagrado, que une la tierra y el cielo. Una tenue luz, con la iglesia casi apagada realzaba aún más la cercanía y esa dulce agonía del Cristo de la Salud.Desde las 19.30h se encontraba la iglesia abierta y el Cristo de la Salud cerca del pueblo, no como siempre en su dintel, sino en solemne besapies para todos sus fieles. A las nueve en punto de la noche comenzaba en el interior de la iglesia el rezo del Via Crucis. Al mismo tiempo en el patín de la iglesia lleno comenzaban a abrirse los paraguas, siendo por tanto acertada la decisión de la Hermandad de realizar dicho acto en el interior de su iglesia.
En la misma se encuentra ya preparado también el altar de insignias, siendo esta la única hermandad de Alcalá que dispone de un altar tan característico en estas fechas como es el citado. Finalizado el solemne acto del Via-Crucis se continuó el besapies a la imagen, acto que ha durado durante casi una hora más.
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