Alcalá se lleno de Esperanza

Durante todo el día fue difícil saber como se presentaba la noche, pero un Compás de Consolación a rebosar, una fuente de la mora repleta de gente hacían presagiar lo mejor. De entre el gentío salía un nazareno que se acercaba a la puerta de la iglesia de Consolación que se encontraba cerrada para llamar a ella y que se abrieran las puertas del templo. Saliendo del mismo el cortejo ya formado, hecho que realza de clase y seriedad una salida procesional como esta.

Poco a poco en el interior del templo, medio apagado para conseguir una mayor intimidad, se movía el paso de Jesús en el Huerto, exornado con claveles rojos y lirios morados, hasta llegar al dintel de la puerta de Consolación y posteriormente ponerse en la calle. De hay se dirigió por la calle Santo Domingo hacia el barrio de la Tejuela.

Cuando Jesús ya se perdía tras el campanario de Consolación, su Madre, la Reina del Martes Santo se ponía en movimiento con esa gracia característica de un palio al moverse y se ponía en el dintel de la puerta, para allí bajar sus costaleros casi al suelo y poder así salvar la estrechez de la puerta ante dicho paso de palio, saliendo a gatas, como es costumbre en dicha cofradía.

Y bajo un fuerte aplauso María Santísima de la Esperanza se puso en la calle, un año más con una magistral y elegante salida, igual que Ella sobre su paso, vestida de forma muy elegante y señorial. De hay se dirigió a su barrio donde la estrechez de las calles hacen única dicha procesión. Siendo este, el popular recorrido corto por la Tejuela, el que hizo la corporación la noche de ayer.

También pudimos ver el presente año la ausencia de los Apóstoles tras el paso de Jesús en el Huerto, pero si un mayor número de escolta de las cuadrillas del Ecce-Homo y Jesús en la Columna.

Sin duda alguna la noche de ayer, Alcalá demostró que quería ya un paso en la calle y la Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Esperanza lo hizo y muy bien hecho ganando con algunos de sus cambios en elegancia y categoría, pero sobre todo que dan un nombre a nuestra Semana Santa.

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