El Yacente de Luis Aldehuela

Recibíamos hace unos días un interesante artículo, realizado por Marino Aguilera Peñalver, publicado en la revista que anualmente edita la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad, con motivo de la festividad del Dulce Nombre de Jesús, y os ofrecemos el artículo a continuación.


Hace cuatro años publicaba en estas mismas páginas un artículo sobre el Cristo Yacente de nuestra cofradía realizado por Jacinto Higueras en 1951. En él hacía alusión al proyecto presentado por el escultor iliturgitano Luis Aldehuela como uno de los varios que solicitó la cofradía en aquellos años.

Se sabe que la cofradía tanteó a varios imagineros, recibiendo presupuestos y bocetos entre los que debió impactar el Aldehuela por la calidad y dimensiones del mismo (223x72 cm). Nada menos que un dibujo a tamaño natural elaborado a carboncillo y sanguina con la sobrecogedora imagen de Jesús yacente en el sepulcro. Y es que Luis Aldehuela fue ante todo pintor; pintor de Sierra Morena, de sus paisajes y riqueza cinegética, y cómo no de la Virgen de la Cabeza a la que dedicó numerosas obras que hoy son profusamente reproducidas en cartelería y estampas. De hecho, y sin ir más lejos, el cartel de la romería de 2013 mostraba una de las muchas pinturas que Aldehuela dedicó a la Morenita.

Luis Aldehuela Gómez nació en Andújar en 1920 y falleció en 2011 en Granada. Pintor prolífico desde su juventud, se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, donde obtuvo el Premio Fin de Carrera. Tras pasar unos años en Madrid y formar parte de la importante generación de pintores de la posguerra liderada por José Guerrero, en 1945 decidió retornar a Andújar y abrir taller en el que compaginó la pintura con la escultura y el oficio de ceramista.

Así Aldehuela se hizo hueco entre los imagineros jiennenses que trabajaron a destajo en los años cuarenta y cincuenta para restituir el patrimonio cofrade destruido durante la Guerra Civil, aunque en su caso su producción escultórica no fue muy abundante. Realizó dos obras religiosas: un San Antonio de Padua y el grupo escultórico de Jesús en la Oración en el Huerto, ambas conservadas en Andújar. Junto a ellas elaboraría el boceto del Cristo Yacente para Alcalá la Real que nunca llegaría a realizarse.

Observando el proyecto que propuso Aldehuela a nuestra cofradía resulta poco apropiado denominarlo boceto. El esmero empleado en su elaboración supera con creces el esquematismo y falta de detalle propios de un borrador. Parece que su fuerte vocación pictórica le impidió dejar un dibujo esbozado y el boceto de una obra de arte acabó siendo toda una obra de arte.

La impronta pictórica también se advierte en la dureza del dibujo y en el soberbio tratamiento anatómico. Aspectos como la fuerte línea negra que lo perfila y el predominio de tonos apagados ahondan en el dramatismo de la imagen. El cuerpo está sumamente castigado y sucio, con numerosos restos de sangre y las piernas ya flexionadas debido al rigor mortis, y este sentido de lo dramático es la principal diferencia con la obra de Jacinto Higueras, que plasma el sufrimiento y muerte de Cristo de una forma mucho más suave y dulce.

Por lo demás, ambos yacentes guardan similitudes evidentes como la disposición del cuerpo, elevado en su torso y cabeza, o la presencia de una sábana blanca que lo enmarca y destaca, lo que nos hace pensar que desde la cofradía se dieron directrices o se aportó un modelo sobre el que elaborar la talla.

El motivo por el que la cofradía se decantó por Jacinto Higueras y no por Luis Aldehuela se desconoce. Tal vez fuesen motivos económicos, tal vez gustase más la propuesta de Higueras. En todo caso merece la pena conocer esta incógnita.
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