El Dulce Nombre de Jesús colabora en la restaurarán un cristo renacentista de las Trinitarias

Compartimos la noticia aparecida este pasado 29 de junio en Diario Jaén, sobre la restauración del cristo renacentista de las monjas trinitarias de la Fuente del Rey, en la que financiarán y colaboran la Fundación Caja Rural y la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad.

Restauración de un valioso Crucificado de las trinitarias


Unión para salvar una obra de arte de valor incalculable. Un Cristo Crucificado del siglo XVI, que actualmente se conserva en el convento de las trinitarias de la Fuente del Rey y procede del asentamiento original de la comunidad a los pies de La Mota, será restaurado gracias a la implicación de la Fundación Caja Rural de Jaén, que firmó un convenio con la superiora, Lucía Madueño. La entidad aportará, a través del programa La Rural Patrimonio, una financiación de 3.600 euros más el IVA, equivalente a la mitad del coste del trabajo, que será ejecutado por el restaurador de Cabra (Córdoba) Salvador Guzmán.

La comunidad trinitaria también deberá sufragar parte de las tareas. Sin embargo, la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad se ha ofrecido para colaborar en la recaudación de fondos. La hermandad ya conoce a Guzmán, que fue quien restauró la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Salvador Guzmán, que preside la Fundación Aguilar y Eslava y es doctor en Bellas Artes, calculó en unos siete meses la duración de las labores, que se contarán después del verano, cuando se traslade el Cristo hasta su taller. Eso significa que para la Semana Santa de 2015 estará listo.
El proceso de restauración de la imagen renacentista incluirá la recuperación de los numerosos elementos degradados y de la corona de espinas, y la restitución de la policromía y el sudario. Guzmán dató el Crucificado, de gran tamaño, en el segundo tercio del siglo XVI. El experto subrayó, pese a su situación “lamentable”, lo valiosa que es la talla en madera, que será tratada por un equipo de profesionales de la fundación.

Daños. Sor Lucía Madueño relató que, de acuerdo con la tradición de las monjas veteranas, el Cristo sufrió importantes desperfectos en los primeros meses de la Guerra Civil. Indicó que el convento, entonces en la calle Utrilla, se convirtió en un cuartel. “Los milicianos destrozaron cincuenta y cuatro imágenes. Unas las quemaron y otras las tiraron a un pozo”, recalcó la religiosa. En el caso concreto de la imagen objeto de la restauración, de acuerdo con la hermana, fue objeto de escarnio. “Le hicieron unos agujeros en los ojos para clavarle allí las chaquetas y hacerle las burlas y todo lo que se les antojara”, dijo Madueño en alusión a los testimonios recogidos de otras componentes del convento de las madres trinitarias.
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