Los Auroros de San Juan

Auroro: Persona que canta o toca música con bandurria, guitarra o campanas en las coplas dirigidas a la Virgen de la Aurora. El vocablo Auroro se aplica a cuantos miembros pertenecen al coro de esos grupos, conjuntos, hermandades, cuadrillas o campanas, que hacen de ese tiempo indeciso entre la noche que muere y el día que nace, un tiempo venturoso, una dichosa hora para el canto y la alabanza a la Madre de Dios.


Su origen puede venir del día 7 de octubre de 1571, día que tiene lugar la batalla de Lepanto. El Papa, Pío V ordena que todas las parroquias católicas recen el Santo Rosario mientras se esté celebrando la lucha. En agradecimiento por el triunfo de aquella batalla, el Papa fija en esa fecha una fiesta en honor a la Santísima Virgen.

Las agrupaciones de auroros, al constituirse originariamente como cofradías sus miembros adquirían unas obligaciones y compromisos, variando en cada caso. Todas coinciden en la celebración de fiestas dedicadas a la Virgen del Rosario, ofreciéndole a primeras horas del día una misa, llamada de “aurora”. Antes de la celebración de esta misa se reza el Santo Rosario. Y así tiene su origen lo que se llama “despertá” o “despierta”: los “auroros” iban recorriendo las calles del pueblo de madrugada, cantando para invitar a los fieles al rezo y canto del rosario. Estos cantos eran acompañados de una campana y otros instrumentos musicales, como pandereta, guitarra, bandurria, laúd y triángulo. En aquella lejana época, su labor se centraba en varios aspectos: a) adecuar los cantos y rezos a los periodos temporales del año (Navidad, Pasión y Ordinario); b) cantar en las casas del pueblo todas las vísperas de domingo y festivos; c) catequizar al pueblo mediante el canto, así como disponer del cristiano en el culto al Rosario en particular, y en el rezo en general; y d) asistir a los hermanos espiritualmente y económicamente a “bienmorir”, es decir, a procurar un entierro digno.



A pesar de que los tiempos han hecho meya en este tipo de tradiciones, en Alcalá, aún conservamos un grupo de auroros, los llamados Auroros de San Juan, por tener su sede en esta iglesia; y aunque actualmente sus apariciones se reducen al tiempo de navidad, todavía entonan letrillas que han perdurado a través de los siglos y que han pasado de padres a hijos, evidentemente, se desconoce el autor de todas estas coplas ingenuas, simples y sencillas.


El demonio como es tan travieso

agarró una piedra y rompió un farol

y salieron los Padres Franciscos

y lo apedrearon hasta el callejón.

***

Zapatero que estás remendando

todita la noche a la luz del candil

luego viene la Aurora a llamarte

dices que no puedes que vas a dormir.

***

A la entrada de Santo Domingo

a mano derecha repara y verás

Nuestro padre Jesús Nazareno

con la cruz al hombro que al calvario va.


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