Así comenzaba la Romería de la Virgen de la Cabeza hace un puñado de años

Los cofrades y romeros... a lomos de caballos, mulos y burros. Abriendo el cortejo el tradicional sonar romero de ese tambor que redobla y anuncia la llegada de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza. Y desde las puertas de Consolación.

Seguramente antes, hubiese la Cofradía esperado a su Hermano Mayor en la puerta de su hogar para acompañarlo hasta Consolación y allí despedirse de Alcalá, representado por la imagen de nuestra patrona, la Virgen de las Mercedes.

Perfectamente se divisan esas grandes banderas, las llamadas de Andalucía y de España, que aún a día de hoy abren el cortejo de la Cofradía en su procesión y actos.

Quizás fuese el miércoles o incluso jueves previo a la romería, cuando comenzase su camino, para abandonar Alcalá por la Tejuela, iniciar su camino hacia Puerto Llano, Castillo de Locubín, Fuensanta de Martos, Martos, Torredonjimeno y quizás pernoctar aquí en su primera noche. Para proseguir el viernes desde bien temprano hacia Escañuela, Arjona y llegar a la ciudad de Andújar al atardecer del viernes por el puente romano. Lugar donde la Cofradía Matriz esperaba a sus Filiales para darle allí la bienvenida.

Y tras su pernocta en Andújar el sábado de romería y con los rimeros rayos de sol, emprender esa última etapa por el Camino Viejo o de Herradura adentrarse en el corazón de Sierra Morena y llegar al Santuario de la Virgen de la Cabeza.

Llegaba el domingo de romería, la más antigua de España y que ha cambiado mucho desde antaño hasta hoy día pero con el mimo amor y devoción hacia Ella. Finalizada la magna procesión era momento de volver sobre lo andado para traer de vuelta piticos de barro y estedales para todos aquellos que no pudieron ese año ir hasta el Cerro de la Cabeza y celebrar la grandeza de María.
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