La Mota se hizo poesía

Y es que cada Miércoles Santo la Fortaleza de la Mota deja de ser ese monumento emblemático que es santo y seña de Alcalá, para hacerse un mágico entorno en el que el Cristo de la Salud es llevado por centenares de personas e iluminado por las luces de las antorchas.

Desde las 19:30 h. se encontraba abierta la iglesia de San Juan, para que los alcalainos pudiesen besar los pies de este titular del barrio san juanero. Un continuo ir y venir de personas, seguro con sus promesas. Cuando llegaban las nueve de la noche el crucificado abandonaba su altar para comenzar el Via Crucis.

Un acto de oración y reflexión, acompañado por un cuarteto de capilla, que realza la solemnidad del acto. Las sinuosas formas del fuego de las antorchas, el murmullo del millar de personas que acompañaban en el recorrido, nuevo en su primera parte y la fragancia del incienso fueron los acompañantes durante las dos horas de recorrido.

Y el otro momento mágico de la noche, un Miércoles Santo más... es ese en el que la campana de la iglesia Mayor Abacial, doblan de luto, por la muerte de Cristo.

Sin duda alguna un sin fin de matices que hacen único ese Vía Crucis por la Fortaleza de la Mota, en el que además y sin duda alguna es muy importante la presencia de Protección Civil por lo complejo del recorrido. Pero que como el resto de Semana Santa 2015... ha quedado para los anales de la historia, escrito con letras de oro.
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