¿Qué es ser cofrade del siglo XXI? Así, desde Agrupación de Cofradías se pedía a las distintas cofradías y hermandades que escribieran qué era para ellas ser un cofrade de este siglo.
Cada una a su manera, llegó a plasmar en letras la idiosincrasia de su cofradía: “igualdad”, “incorporación de las mujeres”, “medio de acercamiento a Dios”, “responsabilidad”, “caridad”, “juventud”, “hermandad”…
Pero uno, en concreto, daba en la tecla sobre qué es “ser cofrade”. Da igual si en el siglo XXI o XVI, esa definición era atemporal. Ser cofrade es “desterrar la vanidad y saber ocupar los últimos puestos (…) es hacer gala de Humildad”.
HUMILDAD. Es esto lo que venimos a echar en falta. En estas últimas semanas, con la llegada de las elecciones, se ha podido leer en una gaceta “colabora como hermano en la Hermandad X”, “es miembro de la Junta Directiva de la Cofradía Y”, “lleva a cabo una intensa labor desde la directiva de la Cofradía Z”, “colaborador de asociaciones cofrades”…
¿Es ser cofrade un mérito? Un mérito es participar en una cofradía y, encabezando una Junta Directiva, hacerla resurgir de sus cenizas; es trabajar y no conformarse con pagar una cuota; ser cofrade tiene mérito cuando se apoya a la Junta Directiva que gestione la hermandad o cofradía en cada momento, un cofrade esta por su TITULAR y no por un Hermano Mayor u otro.
Más le valdría a algunos, que ya sabemos que son hermanos de Cofradías, haberse leído el libro de Semana Santa de este año. Si lo hubieran hecho, no hubiera hecho falta este post.
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